lunes, 5 de noviembre de 2007

Editorial (Núm. 170, octubre-diciembre 2007)


Del 20 al 22 de septiembre se llevó a cabo en nuestra casa, la Universidad Pedagógica Nacional. Unidad 095 Azcapotzalco, el 1er Coloquio Nacional de estudiantes y egresados de Programas Académicos en Educación Ambiental. Así, la edición 170 de Caminos Abiertos dedica sus artículos a la Educación Ambiental.

El Profr. Rafael Tonatiuh Ramírez Beltrán abre la edición con el discurso inaugural de este magno evento.

A continuación, el lector encontrará una reflexión de la Profra. Yazmín Martínez Morales sobre la manera en que la Educación Ambiental se ha incorporado en el currículo de nivel secundaria en México.

El siguiente artículo presenta interesantes reflexiones en torno a las relaciones entre Educación Ambiental y Consumo, realizadas por la Profra. Belén López.

Dos textos más, profundizan alrededor del Pensamiento Moderno y la Educación Ambiental. Alma Rosa Suárez y Cristina Patricia Chávez nos invitan a considerar, cada quién con su estilo, los avatares que han llevado ha establecer una relación muy peculiar del hombre con la naturaleza.

Por otro lado, el Profr. José Malagón Patiño describe una propuesta transversal para incorporar la Educación Ambiental en el currículum escolar.

La edición cierra con algunas reflexiones, como Conclusiones, del 1er Coloquio Nacional de estudiantes y egresados de Programas Académicos en Educación Ambiental.

Es importante mencionar que la responsabilidad de esta edición estuvo a cargo del Profr. Miguel Ángel Arias Ortega.

Discurso de Bienvenida al Primer Coloquio Nacional de estudiantes y egresados de Programas Académicos de Educación Ambiental

Rafael Tonatiuh Ramírez Beltrán[1]

A la memoria de José Abel y Alma, quienes fueron virtuosos como anfitriones.


Después de lo gozado
y lo sufrido
después de lo ganado
y lo perdido
siento
que existo aún
por que ya
casi a la orilla de mi vida,
puedo recordar
y gozar
enloquecido;
en lo que he sido
en lo que es ido.

Casi a la orilla
Elías Nandino

Lic. Javier Olmedo Badia
Director de Difusión de la Universidad Pedagógica Nacional

Ligia Hernández
Directora de Educación Ambiental del Centro de Educación y Capacitación para el Desarrollo Sustentable, CECADESU de la SEMARENAT.

Mtro. Adalberto Rangel Ruiz de la Peña
Director de Unidades de la Universidad Pedagógica Nacional

M. en C. Juana Josefa Ruiz Cruz
Directora de la Unidad O95 Atzcapotzalco de la Universidad Pedagógica Nacional.

Estimados conferencistas, ponentes y asistentes a este Primer Coloquio Nacional de estudiantes y egresados de Programas Académicos de Educación Ambiental.

Amigos todos, buenos días:

En reciente entrevista, Gilberto Guevara Niebla (Milenio, 13 de septiembre del 2007) afirmaba que la educación debe ser una preparación para pensar críticamente y enfrentar una realidad que siempre es plural y conflictiva. Me pregunto entonces, al iniciar estas palabras, si será necesario tratar de contextualizar la relación sociedad-naturaleza actual en el marco de las tendencias dominantes en las que parece desarrollarse una civilización que todavía no asume la crisis en la que se encuentra, ni ha comprendido con suficiencia el sentido de urgencia de su propia subsistencia. Citar, por ejemplo, las siguientes tendencias que vive la sociedad toda:

1) La que parece irrenunciable y todo menos socialmente justa, la etapa post-capitalista de la Globalización, proceso implacable y sólo en apariencia sutilmente impuesto por el capitalismo posindustrial que detona en los países haciendo de sus economías añicos y de sus pobladores migrantes y que tampoco, por cierto, toma mucho en cuenta los ciclos de recuperación de los recursos naturales;
2) La muy temida desregulación de todas las actividades productivas y de servicios (de la que vimos un contraejemplo y reacción entre los senadores y los dueños de los medios hace algunos días en nuestro país, disputándose el mando del país);
3) El saber que la única certidumbre financiera será la volatilidad y la inestabilidad; y que es irrefrenable el desarrollo tecnológico e inalcanzable su materialización para la generalidad de los habitantes del planeta;
4) El comentar de las cada vez más difusas fronteras industriales y como China está cada vez más presente en nuestras vidas;
5) De los procesos de legitimación social que están emergiendo plasmadas en las nuevas normas de convivencia social, que renuncian a la procreación y la familia tal y como la conocemos;
6) Y, también -así al final lamentablemente-, la irrupción de alguna sensibilidad ambiental debida, sobre todo, a los efectos manifiestos del calentamiento global y los llamados (todavía) fenómenos naturales, presentes de forma inevitable en la agenda pública y que ahora se tratan de resolver con programas de responsabilidad social, más que de Política Pública. (Prahalad, Competing for the Future ; 1997)
Pido disculpas porque esto debe ser material a discutir en las mesas de trabajo y yo no estoy aquí para “tirar línea” sino para agradecer su presencia y darles la más cordial bienvenida.

Permítanme, entonces iniciar este solemne acto de inauguración al 1er Coloquio Nacional de Estudiantes y Egresados de Programas Académicos de Educación Ambiental con una anécdota:

A finales del mes de agosto de este año, cuando después de que -con ese sexto sentido que la caracteriza- la maestra Juanita, nuestra directora, había logrado el donativo de la vini-lona, que intentábamos, con muy poca habilidad, malcolocar en algún sitio de la fechada del edificio de la unidad, una alumna de licenciatura, después de haber leído lo que ya dejaba ver en dicho medio promocional, se acercó al Profesor Armando Meixueiro y le preguntó a bocajarro:

-¿Qué es un Coloquio?

Yo me hice el desentendido y seguí jalando el mecate confiado en la gran experiencia que tiene Armand, para contestar las más diversas preguntas.
Dos días después, ya muy noche cuando Nancy y Oswaldo, incansables en ese trabajo desmedido que fue la organización y logística del Coloquio, enviaban cartas de aceptación a los magníficos ponentes y educadores ambientales de 14 Estados de la República Mexicana, que hoy nos acompañan, yo abrí muy discretamente -como tratando de hacer tiempo- el pequeño Larousse, que estaba sobre el escritorio y descubrí dos significados que por supuesto ignoraba del todo:

-Coloquio es una conversación entre dos o más personas.

-Coloquio también es una discusión organizada para tratar un tema determinado que se desarrolla bajo el cuidado de un moderador.

Descansé aliviado. Muchas cosas habían pasado ya desde que Miguel Ángel Arias sugiriera ese término, para normar la reunión, que se ajustan -ahora lo sé gracias al tumbaburros- a lo que esperamos.

Quiero aclarar que no saber del término no nos convierte en irresponsables: porque de lo que estábamos absolutamente seguros era que ya era necesario un acto académico en que los educadores ambientales formados en Programas Académicos, hicieran valer la nueva palabra que han ido construyendo desde su formación y se encontraran, compartieran y siguieran que entendiendo el ambiente, siguiendo a Noguera de Echeverri, como una dimensión que enriquece, amplía, transforma, transgrede, proponiendo alternativas culturales y que en un eco vibrarnte esa voz pasara por las sierras, las costas, los volcanes, los cielos y los ríos, los bosques, los arrecifes, zonas marginadas y las residenciales, los valles y las comunidades, las fábricas y las áreas naturales protegidas y las desprotegidas, las selvas y los murales, los conceptos y las inercias, las tradiciones y las posmodernidades, los fracasos y las resistencias, las derechas y las izquierdas, las evaluaciones y las necedades, la vida silvestre y las lagunas costeras, los salones y las calles, el gis y los cañones, las escuelas y los diseños curriculares, las mafias y las libertades, las historias y los ecosistemas, que sepan y hagan saber estos educadores ambientales que el país no se divide y que la educación ambiental es por derecho ganado -como lo asegura Helio García- el único movimiento ambiental real en este nuestro querido México, por su trayectoria, consistencia, permanencia y por su vocación de libertad, de tolerancia y de colaboración.

Pero también, habrá que reconocerlo, es un movimiento que se ha sostenido más con valor, trabajo y heroísmo que con organización.

Al respecto permítanme, por favor, comentar algunas cosas que asaltan a mi mente sobre el Programa Académico que se atrevió a convocarlos, sobre todo para escucharlos y que quiere de todo corazón ser un buen anfitrión, en los próximos tres días, como me encomendaron mis padres que lo fuera cuando de invitar se tratase. Compartirles fragmentos, que asaltan mi mente, de lo que ha sido la Maestría de la 095: como la creación del primer diseño curricular, la fundación, permanencia, la persistencia, el trabajo siempre responsable de los titulares de los seminarios y la terquedad a lo largo de nueve generaciones que se fue convirtiendo en resistencia para formar recursos humanos útiles y valiosos para el país y fundamentalmente para la ya muy postergada modificación y mejoría del Sistema Educativo Nacional que nos propusimos, como una misión, ya hace tres lustros en esta unidad.

Decidimos primero entender para contener y revertir los síntomas de la crisis ambiental provocado por el modelo civilizatorio, cuyos rasgos hemos combatido desde esta trinchera y en la que nos ha guiado siempre el lema de nuestra Casa de Estudios: educar para la transformación de la sociedad.

Recuerdo también cómo fueron apareciendo lo que fue dado en llamarse Programas pares en Educación Ambiental, mote que tomaron por la incorporación de las formas de evaluación en los noventa del siglo pasado. Programas que nosotros insistimos en nombrar como hermanos, ejemplos de estos son: la Maestría en la Universidad de Guadalajara, en nuestra misma casa de estudios en las Unidades de Mexicali, Mazatlán, Ajusco, las Especialidades y los Diplomados en la FES Iztacala de la Universidad Nacional Autónoma de México, en el Instituto de Posgrado en Chiapas, o en el IV Comité de Tabasco, la Maestría de la Universidad Autónoma de la Ciudad de México.

A finales de la década pasada la reproducción de estos Programas de Educación Ambiental presentaron la dificultad para ser documentados: Diplomados, Especialidades y Maestrías en diversas Instituciones Públicas y Privadas que vieron en la Educación Ambiental una necesidad y una oportunidad de formación.
Como es de su conocimiento, más por padecimiento que por virtud cognitiva, la década que finalizó el milenio, terminó por sustituir al Estado por el mercado, queriendo convertirnos en compradores y vendedores a todos y por añadidura en competidores permanentes. Queremos sostener aquí, una vez más -como lo constatado en los hechos- que a nosotros nos ha dado siempre un inmenso placer que se abra (y sobre todo mantenga y consolide) un Programa Académico en nuestro campo de conocimiento y que sabemos que la colaboración, en el afán que nos liga, es mucho más poderosa que la competencia a la que nos invita un mercado depredador que ya sienta sus reales en la educación superior.

La hermandad de los Programas Académicos creció por vínculos aislados que parecían amarrarse en reuniones nacionales de Coordinadores de Programas, convocadas por el Cecadesu ya a finales de la década pasada (del 97 al 99). Digamos que los hermanos, hijos de muy diversos padres, tradiciones y visiones, se encontraron. No así los destinatarios de esos programas que ahora se han dado cita aquí.
Después, de esos gloriosos noventa, algo pasó. La década que María Novo nombró casi a nivel planetario como de la Educación Ambiental, fue en el inicio de este milenio hacia abajo. Sobreviviendo en una inercia, pero perdiendo velocidad. No sólo es nuestra percepción, ni pasó únicamente en los Programas de Formación en Educación Ambiental, ni creo que haya pasado aisladamente en México. El campo perdió algo de la fortaleza que había adquirido. Poco a poco, revistas –que llegaron a tener Refereo-, organizaciones, redes, Congresos Estatales, foros, reuniones, libros, materiales didácticos, materias a nivel curricular, iniciativas, premios, estrategias y proyectos, se fueron haciendo escasos, distantes, lejos de la agenda pública. Los pocos que se quedaron a este falso final fueron a escuchar lo mismo de los mismos.

Aparecieron otras tentaciones. No está de más citar en este recuento rápido el intento de tergiversar el objeto de estudio, aparentemente, renombrándolo o colocándole un apellido o asignándole un tiempo de caducidad de diez años, muy en armonía con la inmediatez de los tiempos del globo que nos han tocado vivir. Cuando vimos esos intentos más de cerca en los documentos que caían en cascada y on-line notamos que, en efecto, toda la fuerza casi de huracán de la educación ambiental de cuestionar y proponer honestamente un mundo distinto con más respeto y aprovechamiento sustentable por los recursos naturales, pero sin renunciar a una distribución más equitativa de los recursos, se había suavizado: ya no me gustaría cambiar el mundo sino sólo conservarlo. El huracán era un chipi- chipi con sitio web y hasta con algunos recursos para quien le quisiera echar más azúcar al agua. Perdón, sustituto de azúcar por aquello del mundo light.

Nosotros, y creo que la mayoría de los Programas Académicos, decidimos mantenernos fieles a lo que habíamos pensado y seguir resistiendo un Programa sencillo y si se quiere poco pretencioso, viviendo de la nómina pero con profundidad en su intencionalidad. Con una clara vocación de servicio hacia los maestros, y mejor si eran los que estaban frente a grupo.

En este interés, más allá de la Planeación Estratégica, pero más cerca de los intereses que fuimos desarrollando la Maestría en Educación con campo en Educación Ambiental cada año de estos quince que estamos cumpliendo, lo hemos bautizado con una meta clara, con una asignaturaque tratamos de pasar, que nos oriente más allá de nuestro cumplimiento en el salón de clases con nuestro maestrantes y su formación hasta alcanzar el grado. Nombro estos objetivos por año:

1991 El diseño de la Maestría ( la gestación)
1992 La fundación e inauguración
1993 Surgimiento del suplemento de Educación Ambiental en Caminos Abiertos
1994 La investigación en el proyecto SEP- CONACYT
1995 El Diplomado en Promotoría de la Educación Ambiental
1996 Diseño y puesta en marcha del Curso de Formación para maestros de Educación básica en el Estado de México
1997 Apoyo en la construcción de la Maestría en Educación Ambiental para el Estado de Chiapas
1998 Primeros productos editoriales de la línea Cine y Educación
1999 Publicaciones En La Hoja del Maestro en el Periódico el Nacional,
2000 Especialidad en Educación Ambiental en la BENEM
2001 El rediseño de la Maestría
2002 El relanzamiento
2003 Las primeras Titulaciones
2004 Prácticas específicas en Educación ambiental, con la visita in situ de proyectos a lo largo del país.
2005 El concepto y evolución del Maestro equivocado
2006 Diplomado de Educación Ambiental para Maestros en el Estado de Tabasco2007 El año del 1er Coloquio Nacional de Estudiantes y egresados de Programas Académicos en Educación Ambiental

Queremos compartirles algunas imágenes sobre estos quince años, suplicándoles que nos perdonen la vanidad, que es más un deseo humilde de compartir lo que hemos sido y que estamos seguros ustedes nos compartirán un cachito de lo mucho que son y han logrado.

En los próximos tres días queremos dejar de ser la Maestría de la UPN 095 y ser el Coloquio. El primer Coloquio de Estudiantes y Egresados es de todos ahora y deseamos fervientemente que éste sea una fiesta: incluyente, insospechada, participativa, creativa, feliz y muy productiva para el bien de nuestro muy noble campo de conocimiento y de nosotros mismos. Nuestro sueño es ser un momento de reflexión colectiva que nos empuje hacia delante, que se olvide quién convocó y que se sientan en casa para escuchar, pensar, decir, decidir y proponer.

El Coloquio tiene el caro anhelo de ser un encuentro entre educadores ambientales formados en programas académicos para ir caminando hacia una comunidad de conocimiento, que por lo pronto, durante estos tres días, adquiera identidad, se relacione cara a cara consigo misma y logre estructurar simbólicamente de manera distinta nuestro gremio que todavía no consigue encontrarse consigo mismo.

En educación ambiental la nueva palabra se comparte para construir el futuro, y por supuesto, todavía:

Educar para transformar.

Muchas gracias.

Ciudad de México 20 de septiembre 2007

[1] Palabras leídas por el Mtro. Rafael Tonatiuh Ramírez Beltrán, Coordinador Académico de la Maestría en Educación con campo en Educación Ambiental de la Unidad 095 de la Universidad Pedagógica Nacional.


La Educación Ambiental en el currículo de educación secundaria en México

Yazmín Martínez Morales

Introducción
¿Qué papel juega la Educación Ambiental dentro del currículo de Educación Secundaria?, ¿Cómo ha evolucionado este tema en la Educación Básica de México?, ¿Qué podemos hacer los profesores ante el nuevo currículo? Son tres temas que abordaré en el presente texto. La Educación Ambiental en México tiene su propia historia, ha estado presente desde hace varios años en el currículo escolar de Educación Básica, el tema tuvo que ir evolucionando según las necesidades de nuestra sociedad y su entorno, para ello se utilizan las reformas educativas en las que se implementan nuevas metodologías para abordar el tema, con el inconveniente de que la Educación Ambiental es un tema más del currículo y no un eje central.

El contexto socio – histórico es de suma importancia para el tratado de la Educación Ambiental, ya que nuestra realidad es el punto de partida para reflexionar y analizar acerca de las problemáticas ambientales y desde mi punto de vista la educación básica es el mejor elemento para hacerlo, en este caso me refiero únicamente a la Educación Secundaria por ser el límite de la educación básica y obligatoria, por ser la etapa de la adolescencia, en la que se adquieren y reafirman conocimientos importantes para el resto de su vida, es una oportunidad para acercar a los alumnos a la Educación Ambiental .
¿Con qué enfoque se trabaja en la Secundaria? Éste va a depender de los intereses del educador, de la relación que haya entre los docentes y la relevancia que se le dé al tema; en el texto expongo tres formas de alfabetizar ambientalmente a los alumnos, cada profesor tiene la responsabilidad de hacer y de trascender el enfoque.
La Educación Ambiental es una forma de vida, una opción para mejorar nuestro entorno social y natural, para la sobrevivencia de la especie humana.
La historia de la Educación Ambiental en México
La Educación Ambiental ha tenido un largo recorrido en nuestra historia tanto a nivel internacional como a nivel nacional, en nuestro país la Educación Ambiental tiene su propia historia[1] apareciendo desde las misiones culturales y la escuela rural mexicana, conformaron experiencias educativas que pueden atenderse como referentes de la Educación Ambiental en nuestro país, aunque poco se les ha reconocido hasta la fecha y menos se han retomado sus propuestas.

Durante la década de los setenta, la Educación Ambiental se abordaba en nivel primaria, lo que significa que empezaba a haber un interés por la problemática ambiental; para los años ochenta la alta demanda por este mismo interés origina la Dirección de Educación Ambiental con el fin de tratar los problemas que hasta entonces se habían presentado. De esta forma el sector público impulsó el Programa Nacional de Educación Ambiental, basada en tres líneas; de manera formal, línea en la que se relacionó con la SEP, la no formal para la población en general y por último la capacitación dirigida a la actualización y formación de maestros y promotores ambientales en diferentes niveles y escenarios. Así la Educación Ambiental empezó a influir en la educación básica, principalmente en la primaria.

Se publicaron materiales para los profesores, que comunicaban acerca del quehacer para la resolución de los problemas ambientales, materiales cuya temática era el ser humano y la relación con la naturaleza así como el compromiso con ella.

Para los años 1986 y 1987 en el sistema educativo, nivel secundaria, ya se había implementado el tema de Educación Ambiental, aunque sólo se abarcaran temas conservacionistas, para que fuera así, hubo sesiones de discusión con supervisores, jefes de enseñanza y docentes de las diferentes modalidades de la Educación Secundaria. De esta forma se cambió el currículo de este nivel, después la SEMARNAT (Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales) y CECADESU (Centro de Capacitación para el desarrollo sustentable) intervinieron para que se integrara como dimensión ambiental, según Jiménez (1997) ésta se refiere a la forma en que el ser humano concibe, se relaciona y valora a la naturaleza y el medio en general, por eso estas dos instituciones involucran las habilidades, actitudes, métodos y valores para el cuidado del ambiente, también el estudio técnico-científico forma parte de la dimensión ambiental, apoya desde la escuela para la comunidad en general.

Del año 1989 a 1994, la Educación Ambiental para la sustentabilidad se incorporó en planes y programas de estudio desde el punto de vista legislativo, administrativo y de planeación, la finalidad de éste es que hubiera una transformación en la sociedad, cambio de costumbres y organización. Para el año 1995, se implementa la Educación Ambiental como materia optativa en el 3er grado de Educación Secundaria, la cual tenía un enfoque multidisciplinario[2] (SEP, 1995), durante una década aproximadamente se trabajó con este programa, hasta que en el 2006 se hace una reforma educativa, que excluye a la asignatura Educación Ambiental del currículo, el nuevo programa de Educación Secundaria promete estudiar a la Educación Ambiental de una forma integral, transversal[3].

Lo que ha transcurrido del curso escolar en nivel secundaria ha demostrado que no hay Transversalidad, pues la Educación es únicamente objeto de estudio de dos asignaturas, que sólo corresponden al primer grado del nivel medio superior; la Educación Ambiental exige mayor estudio y propuestas implementadas en el currículo escolar; esto basado en nuestro contexto social y natural.
La Educación Ambiental situada en un contexto
La Educación Ambiental para la sustentabilidad es un tema cuya importancia es relevante porque en la actualidad se debe abordar partiendo del interés por resolver o entender los problemas que hay en nuestro entrono social y natural. La Educación Ambiental debe ser comprendida desde nuestro contexto social, trata los problemas globales del momento, sin olvidar el origen de estos, pues las evoluciones sociales han traído consigo cambios ambientales y culturales. (González G, 1997)Actualmente presentamos una crisis global principalmente ambiental porque está originada por un modelo dominante que se refleja en hechos que perjudican a la sociedad y contagian a diversas regiones del planeta, formando así una problemática ambiental global, para llegar “al fin de la historia”, como lo dice González G. (1997: 50), también nos menciona la cultura ambiental que tenemos, carente de perspectiva, la causa de esta cultura se ha disputado por dos posibilidades, la primera basada en el desarrollo industrial y la segunda haciendo responsable a la política.
Cabe aclarar que todo habitante de cada región, país y del planeta es responsable de sus actos, cada uno tiene su propio nivel de responsabilidad, no podemos esperar que la política y el desarrollo industrial resuelvan los problemas que han originado, para eso existe la educación formal, en este caso sólo abordaré a la Educación Secundaria
La Educación Secundaria en la actualidad opera un programa que explicita algunos temas de Educación Ambiental, los cuales según la SEP se abordan bajo una relación entre la tecnología y la sociedad desde la perspectiva de sus impactos en el ambiente y la salud.
La Educación Ambiental es abordada por dos asignaturas del currículo reciente: Ciencias y Geografía, ambas integran temas conservacionistas y de información ambiental, aunque no lo hacen cubriendo todas las aristas que ofrece un concepto complejo como el que comparte Barrera (1999: 17):

La Educación Ambiental es el proceso que proporciona conocimientos, actitudes y habilidades para comprender y valorar el entorno natural y social del sujeto, así como sus complejas interacciones, que posibilita el aprovechamiento racional de dichos entornos y promueve el bienestar y la elevación de la calidad de vida de todos los seres humanos sin deteriorar el patrimonio ecológico, social y cultural que ha de ser heredado a las generaciones futuras.

Por lo tanto la tarea del profesor de Educación Secundaria no sólo es de transmitir o ayudar a construir conocimientos de conservación del medio ambiente, este enfoque de conservacionismo quedó en el pasado, actualmente nuestro contexto social exige mayor prudencia, exige educar, modificar no sólo el grado de la calidad de información que ya se tiene, también alterar la vida sentimental y las actitudes de los educandos; lo que hace una relación violenta entre el profesor y el estudiante pues cada uno interviene para modificar el comportamiento de su contrincante (Fullat, 1988); educar es desinvidualizarse, para adaptarse al medio en el que se vive.
Ambas asignaturas buscan crear competencias en los alumnos, las cuales son construcciones sociales que deben de ser internalizadas a través de la educación (Monereo y Pozo, 2007: 13); los nuevos planes y programas de Educación Secundaria tienen como objetivo no sólo hacer hábil al alumno, sino hacerlo capaz de utilizar sus habilidades ante diversas situaciones de su vida diaria, poder ir más allá de lo aprendido.

El enfoque actual basado en el desarrollo de competencias en los alumnos está organizado de tal forma, para que los alumnos logren desempeñarse de manera óptima en la evaluación que se hace al sistema educativo nacional, por medio de instrumentos como enlace y pisa, que buscan mejorar la educación de nuestro país. (SEP, 2007).La Educación Ambiental desde nuestro contexto no aparece en el currículo actual, sin embargo todos los profesores en el aula de clases tienen un currículo oculto, en el que pueden abordar el concepto de Educación Ambiental con responsabilidad; el profesor debe modificar o reafirmar el pensamiento del alumno, para que éste comprenda y actúe según las necesidades de nuestro planeta, comunique e involucre a la gente más cercana a él, de esta forma se estaría trabajando con lo que el nuevo enfoque exige: competencias.
¿Transversalidad, interdisciplinariedad o dimensión ambiental?
La Educación Ambiental está inmersa en el currículo de Educación Secundaria, como ya lo había mencionado en dos asignaturas, Ciencias y Geografía, la primera consta de tres cursos (I, orientado a la Biología; II hacía la física; y III dirigido a la química) y la segunda un sólo curso.
La Educación Ambiental sólo es abordada en primer grado con mayor énfasis, en el resto de la Educación Secundaria se observa con menor relevancia. En el programa de Ciencias 1 (biología) se trabaja diversas temáticas, como la biodiversidad y su distribución en México, la conservación de los ecosistemas y el desarrollo sustentable.

Gadotti (2002) expone su idea acerca del desarrollo sustentable diciendo que sólo se podrá alcanzar con la educación del futuro, la cual debe tener unas categorías como: la planetariedad que se refiera a la identificación y respeto hacia el mundo; la sustentabilidad para la sobrevivencia del planeta, desde todas las instancias de la vida y la sociedad; la virtualidad que será utilizada como la educación a distancia, creyendo en que las nuevas tecnologías no suplirán a la escuela, sino serán un apoyo; la globalización para que cambie a la sociedad en todos sus aspectos, pensando globalmente y actuando localmente o de manera global, según sea necesario; y la transdisciplinariedad entendiendo que esta sobrepasa a la interdisciplinariedad, Follari (1982) se refiere a ella como la construcción de un objeto de estudio entre dos o más disciplinas, sin seguir el objetivo particular de cada uno, sino apoyándose una de la otra; tomando en cuenta esto la transdisciplina es la resolución del tratado del objeto, así como lo cita Morín en el texto de Gadotti “sólo representa una solución cuando se liga a una reforma de pensamiento” (2002: 35).
Estudiar el concepto de Desarrollo Sustentable implica tomar en cuenta todos los aspectos antes mencionados, en el currículo oculto de la Educación Secundaria se puede implementar todas esas categorías, pues los temas explícitos conllevan a trabajar de tal forma. El programa curricular puede asumir a la transversalidad para vincular la educación y la vida, ya que enseñar no es transferir conocimientos sino crear posibilidades de construcción, esto es lo que plantea la era del conocimiento, formar a un nuevo alumno, ciudadano del mundo. (ídem)

La Biología trabaja esos temas, mientras que la asignatura de Geografía se estudia los síntomas de la crisis ambiental, lluvia ácida, el desequilibrio ecológico, contaminación de ríos, la sobrepoblación y la desigualdad, también aborda de manera superficial a la globalización, eso significa que el programa si está considerando el contexto socio – histórico de nuestro país, sin embargo se hace de forma superficial que no trasciende en los alumnos, para esto se requiere de una nueva reforma educativa, una que implemente cursos a los profesores dirigidos por educadores ambientales, una reforma constituida por ambos enfoques en las diferentes asignaturas que integre la conservación, la sustentabilidad y el contexto social, pues la Educación Ambiental es un componente esencial de todo proceso de desarrollo y como tal debe proveer a los alumnos las bases que les permitan percibir, comprender y resolver eficazmente los problemas generados en la interacción dinámica entre el medio natural y el creado por el ser humano (Osses y Sánchez, 2004), aunque esto último tendrá que ser en medida de sus posibilidades y de la responsabilidad que adquieran frente a la crisis ambiental.

Según Gadotti (2002) una reforma educativa debe implementar a la ecopedagogía que se origina por la falta de relación entre lo económico y lo ecológico, por la preocupación acerca del sentido de la vida cotidiana; así que se busca tener una conciencia ecológica es decir ser ecológicamente alfabetizado a partir de la vida cotidiana. La ecopedagogía se centra en la convivencia de los seres humanos, pues pretende desarrollar una nueva mirada sobre la educación la cual por si sola no puede enfrentar los factores de la insostenibilidad, debe apoyarse de las reformas educativas que buscan nuevos elementos de alfabetización ambiental, tomándola como un punto de partida de manera interdisciplinaria para aprehender la realidad compleja.
La Educación Ambiental debe ser un tema interdisciplinario, ser un nuevo objeto de estudio para varias disciplinas a la vez, de forma que con el tiempo se construya un objeto diferente, que haya interdisciplina momentánea hasta que se haga una nueva disciplina, (Follari, 1982) que esté bien definida, y que cumpla con todas las expectativas de la Educación Ambiental, debe ser disciplina, no una asignatura más como estaba planteado en el programa anterior de Educación Secundaria, pues el programa de esta asignatura no tenía lógica, y omitía aspectos importantes para comprender el tema.

También podemos implementar la Educación Ambiental como una dimensión en el currículo escolar, en el que la palabra ambiente sea un eje central (Jiménez, 1997), de modo que el aprendizaje sea integrador, que haya una percepción del hombre y la relación con su medio. Este enfoque sería útil en la Educación Secundaria, sin embargo en la actualidad la palabra ambiente no es un eje central, es una línea de menor relevancia en el currículo. Por lo tanto esta propuesta tendría que basarse en una reforma educativa cuyos intereses estén basados en la crisis que atraviesa nuestra sociedad; con la finalidad de comenzar a asumir responsabilidades.
La Educación Ambiental en el nivel medio superior está orientado hacia un enfoque multidisciplinario, pero desde mi punto de vista mal organizado porque no tiene secuencia y no hay relación entre cada asignatura para abordar el tema, el currículo omite la historia de la Educación Ambiental, pero si trabaja con el contexto social, un avance, ya que no se había contemplado anteriormente, el énfasis con el que se haga va a depender del profesor.
El profesor debe asumir la responsabilidad de un educador ambiental, para que transmita e involucre a los alumnos en la problemática actual, para lograrlo se puede apoyar del reto que propone el programa (SEP, 2006:13) el cual es:

La transferencia del conocimiento y la motivación de los alumnos hacia los estudios científicos a fin de lograr un aprendizaje significativo, lo que pueda aplicar a su vida cotidiana, para lograrlo sugiere que los alumnos trabajen con proyectos que los orientarán a la reflexión, toma de decisiones con responsabilidad, la valoración de actitudes y formas de pensar propias, a organizarse para trabajar en equipo...con lo que se contribuye al mejoramiento personal y social.

La reforma educativa propone que los proyectos sean el punto de partida hacia la investigación y la reflexión, esto lo podemos utilizar para que los alumnos tengan mayor acercamiento a la problemática ambiental.

Una propuesta basada en los programas de estudio 2006
La Educación Ambiental ha sido un tema de interés desde los años sesenta, dentro de la educación básica no se le ha dado la relevancia necesaria para un estudio conciente, el cual no se ha omitido en ningún programa, la reforma educativa actual cuenta con temas referentes a nuestro objeto de estudio, por lo tanto podemos empezar a trabajar con ellos desde nuestro propio enfoque.

La Educación Secundaria actualmente exige el trabajo por proyectos, entendiendo a estos como investigaciones basadas en una pregunta generadora. Se pretende que los alumnos sean creativos al elaborar sus preguntas y al elegir los temas, pero el papel de los profesores es fundamental para orientarlos y plantear los propósitos, de esta manera los educadores ambientales pueden incitar a sus alumnos a trabajar con los síntomas de la crisis ambiental; para lograrlo los profesores deben hacer énfasis sobre los temas y vincularlos con la realidad.
La investigación debe estar relacionada con las noticias que surgen día con día en los medios de comunicación, para que los alumnos tengan mayor relación con su entorno social y natural. Una vez que han elegido el tema para su proyecto, habría que investigar todo sobre él, su historia, las causas, las consecuencias, las propuestas que existen, etc., para que finalmente ellos tengan información sobre la problemática y a partir de esto, puedan determinar la importancia de la Educación Ambiental, así como asumir la responsabilidad que les corresponda como ciudadano.

Que los alumnos integren a su mente el concepto de Educación Ambiental es de vital importancia porque esto conllevará a una mejor calidad de vida, mejorará la relación que tienen con la naturaleza y cambiará o reafirmará la percepción de la misma, así lo sugieren Osses y Sánchez (2004) haciendo énfasis en los proyectos como elemento esencial del educador ambiental, sin olvidar que se requiere de una pedagogía activa y participativa, de modo que el alumno sea protagonista de sus propio aprendizaje, poseyendo conocimientos que se orienten a la acción.

La Educación Ambiental se aborda con mayor énfasis en los primeros grados de Educación Secundaria, pero los otros dos estarán informados sobre los temas ambientales, porque otro punto a cubrir con el enfoque basado en competencias que se observarán en los proyectos será la capacidad de publicar el trabajo realizado, por medio de murales, carteles, folletos, etc., por lo tanto se difundirá la investigación para toda la comunidad escolar.

Esperar una reforma a los planes y programas de Educación Secundaria, es ver pasar el tiempo sin hacer nada con lo que tenemos, por lo que es tarea del profesor modificar el currículo y afrontar las necesidades de nuestro entorno social, no podemos omitir la reforma impuesta por la SEP, pero si podemos utilizarla de tal forma que cubra nuestras expectativas.
Conclusión
La Educación Ambiental en la Educación Secundaria es una opción para mejorar nuestra calidad de vida, el trabajo en este ámbito es importante para transmitir a la sociedad en general la importancia del tema ambiental, el cual está relacionado con nuestra vida diaria.

En México la Educación Ambiental ha tenido avances, principalmente en regiones rurales, pero eso no es suficiente, debemos actuar en el ámbito escolar, para ello podemos utilizar diferentes enfoques: la Educación Ambiental como tema transversal, interdisciplinario o dimensión. Cada una es compleja, pues para lograrlo se necesita disponibilidad e interés por mejorar nuestra calidad de vida.

Nuestro contexto presente exige actuar en equipo, para obtener mejores resultados en las prácticas que realicemos en torno a la Educación Ambiental. La actual reforma educativa propone este tipo de trabajo, aunque no con el énfasis en el objeto de estudio de nuestro interés, pero eso es irrelevante si logramos fomentar en los alumnos las actitudes y habilidades necesarias para comprender, reflexionar y analizar las problemáticas que aquejan a nuestra sociedad y a nuestro planeta.

La Educación Secundaria y la Educación Ambiental está en manos del profesor no del currículo educativo impuesto por una secretaria, la labor del docente es imprescindible para la verdadera reforma, para un indiscutible cambio. El currículo oculto es la pieza más valiosa desde mi punto de vista para alcanzar una mejor calidad de vida, por lo tanto la educación es un proceso que depende de todas las actitudes, habilidades y valores que se presentan día con día en el aula escolar.

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[1] Historia tomada de la antología de los materiales generados del Proyecto Formación Ambiental en la Educación Básica de Tabasco, México 1995-2006

[2] multidisciplinario se refiere a los aspectos medioambientales incorporados aisladamente en diversas asignaturas, más o menos coordinadas. (González M, 1997), Así que en el programa se reunieron diversas asignaturas como la biología, la física, la química y la geografía para la comprensión y el desarrollo de la conciencia crítica y actuación responsable de los educandos en relación con la problemática ambiental que aqueja a nuestro planeta.
[3] Se considera un tema como transversal cuando la enseñanza de los contenidos exige acuerdos de organización y se asume en términos de demanda social, se convierte en objeto de estudio en diversas disciplinas. (Luzzi, 2000)